José Nogales
España, 1860–1939
La vida de José Nogales Sevilla es el ejemplo de una carrera de ascenso meteórico, aunque al principio no lo habría parecido, ya que nació en el seno de una familia humilde de clase obrera. Con 18 años tuvo que aceptar su primer trabajo para ayudar a su familia a salir a flote.
Trabajó hasta los 30 años en un oficio que poco tenía que ver con la pintura: auxiliar administrativo en las oficinas de la compañía de Ferrocarriles Andaluces.
Al principio parecía que este trabajo no le permitiría continuar con su carrera como artista, pero quien la sigue la consigue, y Nogales se matriculó para estudiar dibujo por las noches, siendo su maestro el célebre Ferrándiz.
Aunque quizá empezase con mal pie, José Nogales hizo mérito hasta llegar a ser nombrado primero académico de la Escuela de Bellas Artes y Oficios de Málaga, y luego académico de la Real Academia de BBAA de San Telmo. Por si pareciera poco, en 1902 fue director de la primera.
José Nogales insistió mucho en certámenes y concursos, como nos indica su palmarés. Aunque su obra más destacada es El milagro de Santa Casilda (con la que se llevó el oro de la Exposición Internacional de Madrid de 1892) participó en decenas de concursos de diversas temáticas, y es que Nogales tocó casi todos los palos. Sin embargo, su público lo conocía sobre todo por sus paisajes y los temas relacionados con las flores. Sus pinturas de este tipo se convirtieron en las favoritas de las clases media y alta. La burguesía estaba ávida de belleza con la que decorar sus casas (y con la que demostrar su posición en la escala social) y el academicismo de José Nogales lograba muy bien calmar esa sed.