El milagro de Santa Casilda
Salvada por la campana.
Esta pintura nos cuenta la historia de Santa Casilda, hija del sultán Al-Mamún, rey de Toledo alrededor del año 1050. La leyenda dice que Al-Mamún tenía secuestrados como prisioneros a varios cristianos. Casilda se apiada de ellos y empieza a llevarles, a escondidas, hogazas de pan en su falda.
Su padre, al tiempo, comienza a sospechar y un día decide seguirla. Al llegar a los calabozos, le exige enseñarle qué lleva en la falda. La tensión puede cortarse con un cuchillo. Le dice a su padre que sólo lleva flores. Al-Mamún le pide verlas, y al dejar caer la falda, se obra el milagro y el pan se convierte en rosas.
Las caras lo dicen todo: Casilda no se atreve a mirar qué ha pasado con el pan. Se queda buscando con la mirada el rostro de su padre. Al Mamún no se ha visto en otra, y su sorpresa se ve reflejada tanto en el rostro como en la postura. La doncella que acompañaba a Casilda tiene que acercarse a tocar las rosas porque aún no se cree lo que está viendo. Salvadas por la campana.
Y hablando de la composición, ¿se aprecia la línea diagonal que hacen las cabezas de los personajes? Sale de los presos agachados en la esquina izquierda y sube hasta la puerta del fondo a la derecha del cuadro, que además es uno de los pocos elementos que da profundidad a la obra. Todo lo demás es apenas visible. Los focos están puestos sobre Casilda.
José Nogales toma un tema religioso para demostrar sus puntos fuertes: las texturas de las telas y las flores, por las que ya se hizo bastante conocido en su carrera.
Uno tiene que saber llevárselo todo a su terreno.