Primavera
La primavera, fiesta de la juventud.
En esta pintura, Alma-Tadema describe la costumbre victoriana de enviar a los niños a recoger flores la mañana del 1 de mayo, pero sitúa la escena en la antigua Roma, en la celebración de la antigua festividad de las Cerealias.
La juventud va en procesión por las escaleras de mármol (que tan bien sabía plasmar el artista) y portan todo tipo de flores de colores. Techos y ventanas están llenos de espectadores que explotan de júbilo. No es para menos, después del frío invierno.
Lawrence Alma-Tadema era un auténtico y meticuloso artista historiador. Su pasión: la antigüedad grecorromana. Todo, desde instrumentos musicales a las arquitecturas, pasando por las ropas son de probada verosimilitud. Otros artistas como el cineasta Cecil B. De Mille se inspirarían en este pintor para llevar la vida romana con realismo a su obra.
Ya se percibe el art noveau en esta obra post–Romantica, en la que casi podemos oler las flores.