Judit
Una mujer fatal simbolista con la cabeza de Holofernes.
«Judit I» también conocida como «Judit y Holofernes» es un ejemplo de la madurez artística del artista e inaugura su «período dorado», en el que Klimt empieza a usar la abstracción simbólica como lenguaje y el oro como material.
Klimt pinta por primera vez a la figura bíblica pero no como una heroína luchadora (como por ejemplo lo hizo Artemisia Gentileschi en su Judit) sino más bien como mujer fatal simbolista que lleva a los hombres a la muerte a través de su atracción sexual.
Klimt creía que el poder de seducción femenino logra vencer a la mayor fuerza viril y ahí vemos la cabeza de Holofernes en una esquina.
La obra es muy vertical, y esto proporciona a Judit una gran fuerza erótica, que además tiene otra de las características del klimt de la época; la diferencia entre la carnalidad de la figura principal, muy tridimensional (casi una fotografía) y la ornamentación del vestido, conscientemente bidimensional.
Asimismo tenemos al fondo ese paisaje arcaico y estilizado con árboles y colinas de oro, que hacen destacar aún más a esa Judit que atrae al espectador.