El beso
Un beso dorado de dos enamorados.
Tesoro nacional austríaco, El beso de Gustav Klimt es además la obra más conocida del artista, y una de las estrellas del Österreichische Belvedere de Viena, donde miles de personas se reúnen cada día para verlo cara a cara y quedar deslumbrados por esta magnífica creación del ser humano.
La obra representa a dos amantes a tamaño natural que están rodeados de oro. Es un ejemplo claro de “Periodo Dorado” de Klimt, inspirado en los mosaicos bizantinos que habían impresionado al artista en su viaje a Rávena.
Los dos amantes se besan entre esa lluvia de oro y una naturaleza que los cubre de arriba a abajo. Flores y plantas proliferan en sus cabezas y a sus pies, evocando que todo terreno es fértil si en él se besan como peces dos apasionados enamorados.
Él viste un manto con motivos geométricos de rectángulos verticales negros y grises, muy masculino. Ella tiene una vestimenta mucho más suavizada, sin aristas, en definitiva más femenina, con círculos y adornos florales, muy del estilo de otras obras de Klimt.
Es un poco inusual que el artista metiera a una figura masculina en una de sus obras, pero hay quien quiere ver en este sujeto sin rostro un autorretrato de Klimt y a la mujer a Emilie Flöge o quizás a Adele Bloch-Bauer. Ambas mujeres ya habías sido sus modelos.