Francisco Pradilla
España, 1848–1921
El eclecticismo español fue un movimiento que surgió entre los pintores españoles de 1845 a 1890. Este género abarca la idea de buscar la pintura perfecta en diferentes estilos ya existentes. Por tanto, es una época de transición de nuestro arte un tanto curiosa e interesante por su calidad pictórica. El tema favorito es la Historia de España y la tendencia era realizarlo en enormes lienzos. El representante más relevante de ese «spanish eclecticism» es Francisco Pradilla.
Pradilla tuvo la oportunidad de mostrar su talento en la pintura a temprana edad. Él mismo escribió a su amigo Gascón: falto de todo apoyo y sin recursos tuve que dejar el Instituto para ser pintor de puertas.
De esta manera, sin apenas estudios, entra como aprendiz en el taller del pintor Mariano Pescador. Éste le abre los ojos de su valía y le anima a acudir a las clases de la Escuela de Bellas Artes de San Luis. En 1866 se traslada a Madrid para completar su formación. Allí figura como copista en los registros del Museo del Prado y sus progresos lo llevan a colaborar con revistas ilustres de la época. En Roma se consolida su prestigio con su primer cuadro destacado y su fama internacional llegó detrás con dos medallas de honor por otra obra que impactó a sus 29 años de edad: Doña Juana la Loca.
Pradilla mostró su mundo polifacético pintando entre óleos, acuarelas, bocetos y dibujos en gran variedad temática como paisajes, mitología, retratos o escenas intimistas.
Durante su carrera artística aceptó dos cargos de dirección, entre ellos, el Museo del Prado.
Aún así, Pradilla tenía clara su prioridad y, a sus 50 años se alejó de todo acto socio-político y se dedicó a pintar.