Lee Miller
Estados Unidos, 1907–1977
A pesar de que muchos sólo ven en ella a una musa y mera compañera de Man Ray, la gran Lee Miller fue mucho más que eso. Para empezar, una fotógrafa esencial en el movimiento surrealista de Londres, una periodista que supo poner su excelente ojo para retratar la fascinante época que le tocó vivir —fue famoso su autorretrato en la bañera de Hitler tras su suicidio—, una artista que mostró como nadie la belleza de géneros clásicos como el desnudo…
Desde pequeña, su padre le enseñó a fotografiar y rebelar. Creció con ello. Por su belleza indiscutible, pudo iniciar una carrera de modelo para Vogue, y durante los años 20 fue quizás la más famosa y fotografiada de Nueva York.
Sin embrago, Miller quiso empezar una carrera ella misma como fotógrafa artística y se fue a París. En 1929 estaba como aprendiz de Man Ray (y hay quien dice que muchas de las fotos atribuidas a él eran en realidad de ella). Una cosa llevó a la otra, y se convirtieron en amantes.
París era el centro del universo en la época, y Lee Miller estaba siempre por ahí, con Ray, con Picasso o Cocteau. Pero cuando acabó su relación, se volvió a los USA y se estableció como fotógrafa de éxito. Su trabajo hablaba por sí solo.
Además de su fotografía más artística, trabajó como corresponsal de guerra, documentó horrores, y siempre con belleza. Viajó por todo el mundo y nos dejó un legado fotográfico de enorme valor histórico y artístico.