Lily Furedi
Hungría, 1896–1969
Lily Furedi, artista húngara afincada en los Estados Unidos, se convirtió en una de las pintoras más importantes de Nueva York durante los años 30, ciudad que retrató con encanto y simpatía. Se atrevió a mirar y retratar a sus gentes y supo captar lo mejor de ellas.
Furedi vivió en Hungría buena parte de su vida, pero en 1927 se fue a Estados Unidos a reunirse con sus padres que habían emigrado. Al parecer, en el barco que la llevó a América, puso en los papeles como profesión «Artista». Y precisamente en eso se convirtió y además de éxito.
Ganó premios y no le faltó trabajo. Expuso en importantes galerías Nueva York y los periódicos se hicieron eco de su talento como pintora. Era evidente que su pintura tenía algo que destacaba. Su pintura no pretendía ser moderna, pero lo era. Su arte era vibrante, simpático, y optimista. Hasta un día de trabajo o la sensación de agobio en un transporte público abarrotado eran vistos con encanto por la pintora, y eso que era la Gran Depresión.
Durante el New Deal, Lili Furedi fue contratada en el Proyecto de Obras de Arte Público, un programa federal pionero que dio empleo a artistas durante la Depresión, y Furedi sería una de sus artistas más populares.
A parte de por su profesión, poco se sabe de su vida privada. Se caso en 1928 y otra vez en 1936, aunque al parecer ninguno de los dos matrimonios tuvo el éxito que sí tuvo en su profesión.