Pavel Tchelitchew
Rusia, 1898–1957
Natural de Moscú, Pavel Tchelitchew fue criado en el seno de una familia aristocrática, factor que le permitió gozar de una educación privada e independiente. Fruto de esta iniciación artística y la defensa de los ideales liberales por parte de su padre (actitud que le llevó a perder su propiedad en la Revolución de octubre en 1917), Pavel Tchelitchew logró comenzar su carrera como artista bajo la estricta e indispensable veleta del academicismo.
Huyendo del avance de El Ejército Rojo, allá por 1920 en Odesa, llegó a Berlín; es aquí donde conoce a uno de sus primeros tutores emocionales que posteriormente pasará a ser su amante: Allen Tanner, un pianista estadounidense. Todo ello promoverá la emancipación academicista de Tchelitchew, que se adentra en la influencia cubista y constructivista comenzando a retratar en París a la élite y vanguardista (véase Retrato de Pierre Souvtchinsky
Su sensibilidad artística no se limita únicamente al lienzo y papel, diseñando escenografías para ballets de Serguéi Diáguilev en París. Aun así, el gran abrazo intelectual lo recibió por Estados Unidos (algo lógico situándonos en una Europa sumida en conflictos bélicos). Es al otro lado del océano donde alcanza la plena madurez artística, exponiendo en el MOMA de Nueva York en 1930 una serie de dibujos. Desde aquel momento, Tchelitchew gozará de una posición privilegiada, codeándose con la élite intelectual y aristocrática estadounidense.
Y es que es cierto que todos los caminos llegan a Roma, sufriendo este durante un viaje a Italia un ataque al corazón que le hizo cerrar los ojos por última vez en el Hospital de Roma, en 1957.