Ricardo Bellver
España, 1845–1924
El madrileño Ricardo Bellver y Ramón fue un escultor romántico, mayormente conocido por su estatua El Ángel Caído, de las pocas esculturas públicas dedicadas a Lucifer.
Bellver empezó joven en esto del arte. Venía de familia. Su padre, el valenciano y también escultor Francisco Bellver y Collazos le dio las primeras lecciones. Ya con sólo 16 años participó activamente en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y se fue metiendo en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, siendo un destacado alumno. Dominaba el arte de la escultura a la perfección.
Después lo típico: premios, medallas y finalmente una pensión en Roma en donde perfeccionó su arte. Un estilo que combinaba de forma admirable la estética neoclásica con el dramatismo característico del Romanticismo. Un ecléctico que bebía de todos los estilos, desde la antigua escultura helenística a los más modernos escultores.
Detallista como era, Ricardo Bellver prestaba atención no solo a la anatomía, la iluminación y el equilibrio de su escultura, sino también al realismo de las pequeñas cosas.
Bellver realizó numerosos monumentos públicos y privados, aunque su fama viene dada principalmente por su fuente en el retiro dedicada a Satanás e inspirada en la obra del poeta inglés John Milton, El Paraíso Perdido (1667).