Fuente del Ángel Caído
Simpatía por el Diablo.
Exactamente a 666 m.por encima del nivel del mar se encuentra la fuente del Ángel Caído, en el madrileño Parque del Retiro.
Este conjunto escultórico es uno de los pocos monumentos públicos del mundo dedicados a Lucifer, que como ya explicamos aquí, era la mano derecha de Dios, pero por culpa de su soberbia decidió rebelarse contra su jefe y acabó siendo expulsado del cielo.
El Arcángel, condenado a vivir en la Tierra (en Madrid, además) se lamenta con sus alas desplegadas y convulsionando por su mala decisión. Así, presa de la desesperación y la melancolía, lloriquea antes los paseantes del Retiro, mientras una serpiente se va enroscando en su cuerpo.
Sobre un pedestal/fuente realizado por Francisco Jareño está esta pedazo de estatua de unos 2,65 metros de alto en la que están claras las tres grandes influencias del escultor Ricardo Bellver: la escultura helenística (es inevitable no pensar en el Laocoonte y sus hijos), Bernini (¿qué escultor no le debe todo al genio barroco?) y por supuesto, el Romanticismo. Ese dramatismo decimonónico lleno de diagonales, emociones y tormentas interiores sólo podrían salir de un artista romántico como era Bellver
El escultor se basó en El paraíso perdido de John Milton y consiguió realizar esta especie de originalísimo homenaje público al Diablo, donde pudo demostrar su talento como escultor mostrando ese extraordinario estudio de anatomía de un cuerpo en tensión que hoy en día es admirado por miles de visitantes que van a Madrid: amantes de lo oculto, heavys fascinados por Satanás, parejas que se besan a los pies de Belcebú, viejos que dan de comer a las palomas o simplemente amantes del arte como nosotros.