Mercurio
Mercurio se mantiene en equilibrio sobre los dedos de un pie.
El equilibrio es una de las cosas que debe tener una buena escultura. Es muy difícil conseguirlo, pero es posible.
Haced la prueba en casa: coged un huevo crudo e intentad que se tenga de pie sobre uno de sus extremos. Tardaréis un buen rato, pero al final lo conseguiréis y llegaréis a la conclusión de que todo tiene sus ejes.
Aquí Mercurio (mensajero de los dioses, dios de los viajes, el comercio y los ladrones…) asume un arabesco, en un precario equilibrio sobre los dedos de los pies, y apunta hacia arriba a Júpiter, su jefe. Se mantiene en pie en un eje vertical absolutamente equilibrado, lo que nos da una sensación de “tranquilidad armónica” y el Dios puede mantener esa postura toda la eternidad.
Giambologna, escultor manierista (y principal representante de esta disciplina artística entre Miguel Ángel y Bernini), hace un estudio de pesos y contrapesos tomando como modelo la antigüedad clásica. La anatomía es propia de los antigüos (incluido ese micro-pene para no estropear la armonía del cuerpo).
Pese al dinamismo de la figura, no pierde en ligereza y gracia: El pesado bronce parece volar.