El Coloso de los Apeninos
Una colosal estatua en una villa florentina.
Muy cerca de la ciudad de Florencia, en los jardines del Parco di Mediceo Pratolino (hoy Villa Demidoff), creó el escultor Giambologna esta colosal estatua, mitad hombre, mitad montaña tallada en piedra. Es como un dios que sujeta la cabeza de un monstruo por el que sale el chorro de la fuente.
La villa perteneció a los Medici y Bianca Capello, la amante de Francisco I se encaprichó por crear un gigante de piedra en los mágicos jardines el recinto, llenos de cuevas, con estanques de nenúfares y pececillos, y trampas acuáticas que salpicaban a los visitantes que daban un paseo.
Así que Giambologna decidió crear algo de su magia y de paso cobrar un buen salario por una estatua que impresiona a cualquiera que la vea en persona.
Pero lo sorprendente no es la estatua en sí (que también), sino su interior, lleno de salas con diferentes usos y mecanismos. Por ejemplo el gigante arrojaba agua desde una corriente subterránea, e incluso echaba humo por la nariz al encenderse una fogata dentro de su cabeza.
Tengamos en cuenta que esta obra es puro street art del siglo XVI. La estatua se funde de maravilla con los alrededores, teniendo en cuenta la naturaleza del recinto y hasta se llega a confundir con ella por la imitación orgánica de sus formas, como por ejemplo las de esa barba.