La Fuente Stravinsky
La monumental fuente que celebra la música, el arte y la arquitectura en el corazón de París.
Para Niki de Saint Phalle aportar alegría, humor y color a la vida a través del arte fue siempre el punto de partida para iniciar cualquiera de sus proyectos creativos. Las arquitecturas monumentales que comenzó a finales de la década de 1960 reflejan esta intención, como Le Paradis Fantastique (1967–1971) frente al Moderna Museet en Estocolmo (Suecia), y su famosa Fuente Stravinsky en la plaza adyacente al Centre Pompidou en París (Francia).
La Fontaine Stravinsky es una obra de arte monumental creada por la artista franco-estadounidense en colaboración con el arquitecto suizo Jean Tinguely. La historia detrás del proyecto se remonta a la década de 1970, cuando el entonces alcalde de París, Jacques Chirac, propuso la idea de crear una nueva fuente en el centro de la ciudad. La colaboración entre Saint Phalle y Tinguely surgió como resultado de este sueño, con la intención de rendir homenaje al compositor ruso Igor Stravinsky.
La obra está compuesta por dieciséis esculturas cinéticas y coloridas que representan diferentes obras musicales del compositor, como El pájaro de fuego y La consagración de la primavera. Debido a que las salas del instituto de música IRCAM se encuentran debajo, las esculturas están hechas de materiales ligeros como plástico, resina, metal y pintura, y están dispuestas alrededor de una piscina de agua poco profunda.
Cada escultura representa una interpretación abstracta y lúdica de la música de Stravinsky, con formas geométricas y colores brillantes que reflejan la energía y el ritmo de sus composiciones. La combinación de elementos cinéticos y estáticos en la fuente crea una sensación de movimiento y dinamismo, invitando a los espectadores a interactuar con la obra y a experimentarla desde diferentes perspectivas.
Su diseño innovador y su significado simbólico convierten la Fontaine Stravinsky en una de las fuentes más reconocibles y apreciadas de París, y en un testimonio duradero del talento y la visión creativa de Niki de Saint Phalle que concibió esta obra como un homenaje al poder transformador de la música: Para mí, esta fuente es una sinfonía de colores y formas que danzan al ritmo de la música de Stravinsky. Es un tributo a la creatividad humana y a la capacidad del arte para inspirar y alegrar nuestras vidas.