Autopsia
Casi una naturaleza muerta... ¡y tan muerta!
30 años tenía Cézanne cuando pintó este cuadro. Fue el llamado periodo oscuro del artista, llamado así por el uso de colores oscuros muy empastados, pero también por sus temáticas macabras («La violación», «El asesinato» o esta «Autopsia» son algunos ejemplos de sus pinturas en esos años).
El pintor era extremadamente pobre y no era nada sociable. Un misántropo que frecuentaba los bares de los impresionistas, pero mientras el carismático Manet conversaba con el ingenioso Degas y el elegante Monet, Cézanne se sentaba en un rincón mirando con el ceño fruncido la escena, todavía con su ropa de trabajo, y de pronto daba un golpe en la mesa gritando cualquier improperio, y se levantaba saliendo del bar de un portazo.
Los demás se encogían de hombros y seguían bebiendo.
Era Cézanne, todo un temperamento…
Su arte no era apreciado (menos aún cuadros como este, de su periodo oscuro), aunque después se demostraría su importancia capital para el arte moderno. Pero mientras vivió, nadie pareció ver que eso era el futuro, salvo algunos artistas.
A veces se le acercaba alguno, algo arriesgado teniendo en cuenta la suspicacia con la que Cézanne trataba a los admiradores. En una ocasión un joven pintor le expresó su admiración y Cézanne dio uno de sus típicos golpes en la mesa con el puño y gritó «No te burles de mi, jovencito», pero al momento se dio cuenta y se arrepintió: «No te lo tomes a mal; ¿Cómo puedo creer que ves algo interesante en mis cuadros si todos esos idiotas que escriben tontería sobre mi nunca pudieron percibir nada…?»
En esta autopsia el médico parece ser un autorretrato (esa barba y esa calva…), pero es extraño, ya que según parece, a Cézanne le horrorizaba tocar o que lo tocaran. Se negaba incluso a estrechar la mano de otros artistas.
Esto llegó a una situación surrealista cuando caminando con un artista por una escarpada colina, Cezanne tropezó y estuvo a punto de caer colina abajo. Su amigo le agarró la mano para evitar la caída, pero en cuanto sintió el contacto físico, le soltó la mano con asco y salió corriendo enfurecido mientras gritaba: «No permito que nadie me toque!!»