
Bandera blanca
Ironía a tope.
La bandera blanca es de toda la vida el símbolo internacional del alto el fuego y la rendición. Pero aquí aparece fusionada con la bandera del los Estados Unidos, la nación que quizás representa todo lo contrario. Una tensión irónica típica de Pop.
Así nos presenta Jasper Johns la bandera de su país: enorme (tres metros de ancho y casi dos de alto), incolora y confusa. Ambigua, como el movimiento que ayudaría a crear en los Estados Unidos, una corriente artística donde algo aparentemente banal esconde mucho más de lo que vemos en la superficie.
Johns ya había pintado otras banderas más coloridas y un crítico le preguntó en una ocasión: «¿Es esto una bandera o una pintura?». Quizás esa es la clave: Johns juega con el concepto de representación de una imagen. Al fin y al cabo, una bandera no es más que una tela pintada, ¿no…?
Pero aquí deja los colores de lado, y todo son grises, como la vida en general, donde casi nunca hay blancos y negros. Sólo hay miles de matices.
Esta es quizás el intento de demostración artística de que los patrioterismos se diluyen rápidamente cuando nos situamos a cierta distancia de las cosas.
Jasper Johns