Baño de sol
Hockney y sus piscinas.
Hockney no podía ser él mismo en su lugar de nacimiento, una gris ciudad industrial inglesa. Pero en los años 60 un viaje a California le cambió la vida. Ahí vio paisajes luminosos y piscinas tan azules que hacían sonar música en su cabeza, ya que el artista había nacido con sinestesia, viendo colores a causa de estímulos musicales.
David Hockney dedicó toda esa década a estudiar cuidadosamente estos lugares de placer, a investigar sobre la gente que los habitaba, a observar el baile de los reflejos del sol en el agua y a plasmarlo todo en gigantescos lienzos para transmitirnos la sensación de que existe un verano eterno en algún lugar del mundo.
En este enorme lienzo de formato cuadrado muestra a un señor con el culo al aire tomando el sol al borde de una piscina. La mitad inferior de la pintura representa aguas tranquilas realizadas con líneas curvas que se enredan unas con otras. Una forma tan simple como eficaz de plasmar esa sensación.
Un cuadro que trasmite la luz, el calor y la tranquilidad que debió sentir Hockney en su estancia en la soleada California de los años 60. Recordemos que en el año que se pintó esta obra la homosexualidad era una actividad ilegal en Inglaterra.