Casagemas en su ataúd
Suicidio de un amigo.
Pablo Picasso y Carles Casagemas hacían parte de una tribu de artistas bohemios de la Barcelona de fin de siglo. Entre excesos y burdeles, se hicieron amigos inseparables y decidieron irse a París donde se instalaron en un pequeño estudio que convirtieron en comuna, lo usual en aquella época. El nuevo siglo era así.
En esas noches parisinas, los jóvenes artistas conocieron a muchas mujeres. Pero Casagemas se enamora perdidamente de una modelo llamada Germaine y éste será el inicio del desastre.
La joven, de espíritu libre, rechaza las propuestas de amor que Casagemas le realiza. Ante la negativa de la muchacha, el artista deja de pintar y se entrega a una obsesión descontrolada. Poco a poco, a punta de morfina y alcohol, empieza a perder la cabeza, por ello, Picasso decide sacarlo de París para llevarlo de vuelta a Barcelona.
De nada sirvió, Casagemas ya no quiso recuperar la cordura y tras semanas de llantos y borracheras decide volver a París en busca de Germaine, quién como era de esperar, nuevamente lo rechaza.
Desilusionado, convoca a todos sus amigos (incluida Germaine) a un café del Boulevard Clichy con el pretexto de despedirse. Después de un breve discurso, Casagemas sacó una pistola y sin pensarlo dos veces, disparó contra su amada, acto seguido se disparó en la cabeza.
Germane salió ilesa pero Casagemas murió.
Picasso quedó tan devastado con la noticia que se sumió en una inmensa tristeza, no exenta de remordimiento, que afectaría su lenguaje y estilo artísticos. Empezó a pintar de color azul y dedicó varios cuadros a la figura del amigo, donde reflexiona sobre la muerte, la tristeza, la miseria y el abandono.
Así comenzaba uno de los periodos más interesantes del gran Pablo Picasso: El periodo Azul, y así se apagaba la vida de un joven artista aprendiz.