Puente de Charing Cross
Orgía de colores.
Ya pintado por Monet, este emblemático puente londinense fue fruto del deseo de los paisajistas franceses de finales del XIX, que querían captar esa bruma gris que opacaba la ciudad.
Sin embargo, como vemos, Derain convierte ese gris habitual del cielo de Londres en una orgía de colores directamente sacados de su imaginación. Un desenfreno cromático el de Derain que muchos críticos de la época consideraron directamente ridículo. Salvajes,
les llamaron los críticos a este grupo de artistas tan coloridos.
El pintor solo quería crear forma a través del color y su marchante Ambroise Vollard envió a Derain a Londres, desde marzo de 1906 a febrero de 1907, para que reinterpretara la mirada de Monet sobre la capital inglesa. Ahí Derain produjo las obras que hoy son consideradas la cima de su etapa fauve. Poco después, el artista destruiría buena parte de sus obras de este periodo, salvándose este espectacular paisaje del Támesis.
Como Derain recordaría después, el fauvismo fue nuestra prueba de fuego… Fue la era de la fotografía. Esto puede habernos influido y desempeñado un papel en nuestra reacción contra cualquier cosa que se parezca a una instantánea de la vida. No importa lo lejos que nos alejáramos de las cosas… nunca estuvo lo suficientemente lejos. Los colores se convirtieron en cargas de dinamita.