El baño de la niña
La influencia oriental en la pintora impresionista.
Mary Cassatt, esa americana en París que se codeó con los impresionistas, bebió tanto del arte de su colega Degas como de los grabados japoneses para realizar obras tan audaces compositivamente como esta.
Cassatt fue una pionera en muchos sentidos desafiando continuamente los límites de género. Estudió arte «en la escuela de hombres» y viajó ella sola por Europa, algo que en 1860 era impensable. Eligió centrase en su carrera por lo que decidió no casarse ni tener hijos. Formó parte del grupo impresionista junto con su amigo Degas, que en una especie de «piropo» llegó a decir: ¡No admito que una mujer pinte tan bien!
Y no solo pintó bien, sino que lo hizo de manera original y moderna: Patrones geométricos y un espacio compositivo comprimido para mostrar el tema de la maternidad. Lo hace desde un inusual punto de vista un poco elevado. Todo esto permitía al espectador una distancia respetuosa, y parece que estamos flotando como un dron en esta escena y viene por supuesto del arte japonés que volvió locos a estos modernos franceses, Cassatt incluida.
Cassatt no muestra ni la idealización ni el sentimentalismo en las que cayeron otros artistas al mostrar esta temática, más bien una naturalidad y una sencillez costumbrista que consiguen que el cuadro tenga una gran popularidad. Es la estrella del Instituto de Arte de Chicago.