El otoño

1908 fue un año en el que Vallotton realizó muchos desnudos. El artista fetiche de esta web era ante todo muy valorado como grabador, técnica en el que era un auténtico genio, y eso se nota en su pintura, que roba directamente de las estampas japonesas (que coleccionó ávidamente). A partir de bocetos, Vallotton pintaba sus desnudos como lo hacía con sus paisajes, destacando la estilización y la simplificación extremas.

Pero aquí Vallotton lleva esta estilización y esta simplificación propia del grabado hasta límites insospechados. Aquí no estamos ante un desnudo cualquiera. Es una obra que parece tocar el futuro Surrealismo por su frontalidad, verticalidad, simetría y erotismo extremo.

La tela verde tapa ciertas partes, pero esta alegoría del otoño enseña sin pudor alguno esos pechos y sobre todo esas axilas peludas, ya que la mujer levanta los brazos para atarse el pelo. Un fondo artificial, neutro y cálido destaca las curvas femeninas, guitarrísticamente escultóricas.

¿Es el otoño así? A Vallotton se lo debió parecer. Atrás queda el verano, cálido y crepuscular y es hora de cubrirse con algo, en este caso una tela explícitamente verde. Y antes de darnos cuenta, el invierno llegará, inminente. Pero este no va a ser un invierno cualquiera. Este invierno va a ser muy muy especial… Seguid siguiendo HA! y lo veréis.