El Señor y la Señora Andrews
Un retrato altamente británico.
El muy académico Gainsborough pintó un retrato del matrimonio Andrews, porque pintar gente (entre otros a reyes, reinas, duques, archiduques y demás fauna aristocrática) era una buena forma de ganarse la vida. Pero lo que a Gainsborough le gustaba de verdad era el paisaje.
¿Que hizo el veinteañero artista? Pues fusionar dos géneros: el que le llenaba el bolsillo y el que le llenaba el alma, y el resultado es este encantador y muy británico lienzo en el que se muestra no sólo una pareja y sus tierras, sino también su estatus social, su época, su peculiar nacionalidad y miles de detalles más. En definitiva, lo que viene a ser una buena obra de arte. Una obra maestra, según muchos ingleses, orgullosísimos de este símbolo nacional.
Y pese a ser tan inglés y además pintado por un académico, lo que a priori suena de lo más aburrido, el cuadro transmite una gran frescura, casi rebeldía por así decirlo. Nos muestra a un matrimonio de la aristocracia rural británica frente a un roble, él con una postura de lo más relajada con su escopeta, ella sentada con gesto un pelín arrogante. Muy informal todo para la época.
Llama bastante la atención que el regazo de la Señora Andrews está inacabado. No sabemos si el artista lo dejó así a propósito o tenía pensado meter algo con posterioridad, pero lo cierto es que este enigma le da un mayor misterio a la obra.