Flor de la vida
Carnaval onírico en el proceso de la fecundación.
Flor de la vida es una obra puramente simbolista de la artista Frida Kahlo. Como en El sol y la vida, Moisés o Núcleo solar, Mi nana y yo o Yo mamando… reflejan un equilibrio entre lo artístico y lo emocional. La imposibilidad de ser madre propició que creara una serie de cuadros relacionados con sus fallidas maternidades.
La pintora estuvo interesada en estudiar medicina, sin embargo, no pudo prepararse, puesto que un brutal accidente le dejó graves secuelas de por vida, aunque su interés por la anatomía estuvo siempre presente. En La casa azul (Museo Frida Kahlo) podemos observar la colección importante de libros de medicina de los que la pintora se nutría de conocimientos para plasmarlos en sus cuadros. Muchos libros tratan de la reproducción y la gestación, proceso que ella tanto anheló.
La naturaleza exótica, la flora y la fauna de su México natal, fue una seña de identidad en su obra, ya que las hojas son un elemento importante en la iconografía de Kahlo. En Flor de la vida las nervaduras de las hojas adquieren una protección sanguínea y las humaniza transformándolas en arterias del cuerpo humano. Una comunión entre botánica y anatomía; savia y sangre transmiten la substancia de la vida. La hojas rojas y firmes sirven de base de seguridad, firmeza y defensa a una maravillosa y delicada flor- trompa de Falopio. Una naturaleza en constante transformación.
En Flor de la vida, la pintora al contrario que en muchos autorretratos en los que aparece como protagonista indiscutible, refleja una de sus zonas sensibles de su anatomía. Dibuja un híbrido con una flor y las trompas de Falopio y, de esa manera, ofrece al espectador un carnaval onírico en el proceso de la fecundación. El sol anaranjado irradia el calor necesario para albergar una nueva vida. El rayo, que, con su fuerza electrizante, simboliza la parte masculina y fecundadora. La fuente de vida que nace desde el centro de la flor del que surge un fuego artificial de un vivísimo amarillo que contrasta con los rojos y anaranjados del resto de la obra. Una fuente simbólica cargada de una futura vida.
El arte para Frida Kahlo es un ejercicio de retrospección y, a la vez, una ventana abierta de par en par donde el espectador siente la crudeza del mundo de la mexicana.