Incendios
Fuego, camina conmigo.
Los lectores más fieles de HA! lo saben de sobra: Vallotton es nuestro artista fetiche. Nos trae suerte.
Poco podemos decir de la calidad de su pintura: habla por sí sola. No hace falta reivindicar a este maestro. Y hasta casi es mejor no reivindicarlo. Su arte es casi como un secreto. Puede parecer egoísta, pero casi preferimos a Vallotton sólo para nosotros, para un reducido y selecto grupo de amantes del arte, como los que estáis leyendo esto.
Y después de unos cuantos años hablando día a día de arte, parece que el selecto club de HA! no es tan reducido después de todo. Entre nuestros lectores hay un heterodoxo abanico: gente agradecida (todos los días nos llegan mensajes de apoyo y agradecimiento), gente ofendida (de vez en cuando hay mensajes de gente muy enfadada con algunas de nuestras opiniones), gente que da (desde dinero hasta ánimos) y que recibe (mucho estudiante afirma haber aprobado gracias a nosotros). Gente que nos copia (y lo pegan en su propia web, como buenos apropiacionistas) y que nos cita (el último, un estudio científico académico sobre odontología (!?)). Y claro, gente que nos quiere… El otro día una chica se tatuó nuestro logotipo en el brazo.
A todos los que conforman nuestro club os dejamos esta maravilla de Vallotton, otro de sus excelentes paisajes. En este caso de un incendio, que es la metáfora perfecta de lo que el arte hace con nuestros cerebros (o si sois más espirituales, con nuestras almas): una pequeña chispa que puede convertirse en un intenso fuego, a su vez en un incendio, y que puede llegar a extenderse por todo el universo.
Los verdaderos poemas son incendios.
Huidobro