Iván el terrible y su hijo
El horror puro reflejado en esa cara atrae a los vándalos.
Ocurrió en 1913 y volvió a ocurrir en 2018: el cuadro de Ilya Repin fue atacado por un “loco” que tras habérsele cruzado los cables se saltó todos los cordones de seguridad y profirió varios golpes al lienzo con una barra de metal dañándolo gravemente.
Es un cuadro que desde el momento justo de su creación tuvo problemas con algunos desequilibrados que sienten el deseo irrefrenable de destruirlo. Desde zares a fascistas, pasando por nacionalistas rusos, ciertos individuos no ven con buenos ojos que se mancille la figura de una persona tan encantadora como fue Iván Vasílievich Grozni, o Iván IV… es decir Iván el Terrible.
Ilya Repin muestra en este sobrecogedor lienzo como el zar Iván acaba de matar a su primogénito. En un acceso de cólera, intentó golpear a la esposa de su hijo por vestir ropas poco decentes y cuando el esposo intentó impedirlo, lo dejó secó con un golpe de bastón.
Inmediatamente, Iván el Terrible se arroja sobre la alfombra para abrazar a su vástago, y el pintor consigue captar perfectamente la mirada de horror, dolor y culpa del zar en ese momento. El dominio de la psicología del personaje por parte de Repin es sensacional.