San Nicolás salva a tres inocentes
Por los pelos.
Estamos en el año 322, en el Imperio Bizantino.
El gobernador Eustacio es sobornado para que condenara a muerte a tres inocentes. Pero justo cuando el verdugo iba a cortar uno de los pescuezos, apareció San Nicolás, el obispo de Mira, al que no le gustaban un pelo las injusticias. El santo bloqueó el brazo al verdugo, tiró su espada y puso en libertad a los prisioneros fulminando sus cadenas. Después quiso castigar con furia a los corruptos, pero gracias a la intervención de tres generales no llevó a cabo su castigo.
Al parecer esto sucedió, hay numerosa documentación y referencias históricas de ello, e Ilya Repin, que por aquel entonces era un afamado pintor de cuadros de historia quiso plasmar la escena con su inigualable estilo realista.
Miembro de los Peredvízhniki (Los Ambulantes), Repin se adelantó unos años al realismo social junto a sus compañeros, y llevaron su arte por toda Rusia ganándose ganaron la simpatía del pueblo y la antipatía de la elitista academia.
Aquí Repin muestra la escena en el momento justo que el santo aparece y deja a todo estupefactos. Las miradas de los presentes no tienen desperdicio. Es como si vieran al mismísimo Papa Noel… Un momento… San Nicolás es Papa Noel…