Jupiter e Ío
Correggio nos muestra uno de los disfraces de Júpiter para practicar sexo.
4 lienzos pintó Correggio sobre los «amores» de Júpiter (Zeus para los griegos) con Ganimedes, Dánae, Leda e Ío.
El Dios se encaprichaba con cualquier bicho viviente, hombre o mujer, mortal o dios, pero su esposa Juno (la Hera griega) era terriblemente celosa, por lo que Júpiter decidió a tomar precauciones y empezó a disfrazarse.
Con Ganímedes, Júpiter se disfrazó de águila y lo raptó para hacerlo copero de los Dioses. Con Dánae, el dios se transformó en lluvia dorada. Para acostarse con Leda se vistió de cisne, y finalmente con Ío, que es la que nos toca, Júpiter se convirtió en nube.
Para un artista no es fácil mostrar las relaciones entre una bella ninfa y una nube. Muchos hicieron al Dios en forma humana rodeado de materia esponjosa, pero Correggio acepta el reto y lo gana: efectivamente vemos una imagen de lo más erótico y sin caer en el ridículo.
El caso es que a Juno vio la nube moviéndose cadenciosamente en un día tan soleado y decidió ir a ver qué pasaba. Al verla, Júpiter decidió salvar su culo convirtiendo a Ío en una ternera.