
La gran nube
Infectado de subjetividad.
Otro «paisaje decorativo» de Félix Vallotton. Así denominaba él a estas maravillosas pinturas que pintó en Romanel, Suiza, lugar donde veraneaba con su esposa Gabrielle. Las vistas al lago eran espectaculares, con esas majestuosas montañas al fondo, y como Vallotton llevaba tiempo sin cultivar el género del paisaje, decidió volver a plasmar en lienzo la bellezas del planeta Tierra.
Aunque ahora algo había cambiado para él: había entrado en contacto con los Nabis… se había infectado de subjetividad. La emoción era lo que importaba ahora y no tanto captar eso de «la realidad», que tanto puede cambiar dependiendo del punto de vista o del estado de ánimo. Eso, e imitar esas extrañas, maravillosas y futuristas estampas japonesas que volverían loco el arte de esos años. Los nabis, tan decorativos como espirituales, fueron unos verdaderos otaku enamorados de la cultura nipona. Y al final, esta gente serían el enlace entre el postimpresionismo y las vanguardias.
Vallotton, adscrito a esta corriente, empezó a simplificar las formas, a reducir las pinceladas y a aplicar grandes campos de color, algunos enmarcados con contornos, como esa línea amarilla que rodea a la gran nube. Así consigue esos paisajes emocionales que tanto adoramos en esta web.
Un paisaje fascinante por su simpleza y su audacia.