La lucha entre los lapitas y los centauros
Un perfecto caos ordenado.
Ovidio, en sus Metamorfosis, describe una brutal pelea entre los lapitas y los centauros, cuando estos últimos son invitados a una boda, y con unas copas de mas, intentan violar a la novia y a otras invitadas.
Ya os habíamos hablado de este lamentable suceso en otras obras de centauromaquia, que en el arte antiguo supone la perfecta metáfora de la lucha entre civilización y barbarie.
Piero di Cosimo se pasa por el forro los tratados de arte contemporáneos que enfatizaban la importancia de una composición unificada y decide dividir la escena en tres grandes grupos, situando la boda a la derecha (la novia es la de azul), el banquete sobre la alfombra en el medio, y al lado izquierdo un espléndido forcejeo entre dos lapitas que quieren evitar el rapto de una joven griega y al mismísimo Hércules (corona de laurel, piel de león) que va a cargarse a un centauro blanco.
En todos estos sectores hay un perfecto caos ordenado de centauros y humanos peleando, saqueando, violando, pateando, dando coces y removiendo la escena en un maravilloso dinamismo clásico.
Y en el medio de todo este maremagnum, en primer plano una pareja de centauros enamorados se abraza ajena a toda la violencia desatada. Es como si ellos fueran los protagonistas de todo.