Los amantes

Marie-Thérèse Walter, amante y musa de Pablo Picasso. Entre 1927 y 1936, Picasso vivió obsesionado personal y artísticamente por esta mujer y en esos años la pintó tantas veces que su imagen hoy vale trillones.

Picasso tuvo un periodo azul, rosa, cubista, surrealista y este periodo Maríateresiano en el que el artista vivió la pasión del amor como nunca antes, y eso que ya sabemos cómo era el bicho: Pincel y polla siempre fueron sus dos principales armas creativas. No es de extrañar que este periodo sea también el de más erotismo de Picasso.

No por erótica esta pintura pierde romanticismo. En Les amants vemos una suerte de autorretrato de Picasso hincando la rodilla y entregándole una brillante joya a su modelo reclinada, totalmente desnuda y dormida. Sí… cuan un sucio Bill Crosby, al señor Picasso al parecer le encantaba ver dormir a Marie-Thérèse. Sirva como débil excusa que en la historia del arte hay todo un subgénero del desnudo que muestra a la mujer durmiendo.

Picasso representa a su amante con un físico escultórico y de generosas curvas que se enredan, serpentean y confunden entre su cuerpo. Con respecto al color, el pintor lo libera de los contornos negros que definen las figuras y deja que hable por sí mismo.