Los tormentos de San Antonio
El Miguel Ángel pre-adolescente.
Primera obra conocida de Miguel Ángel Buonarroti, pintada cuando sólo tenía 12 años de edad.
La pintura muestra a San Antonio atacado por una serie de criaturas fantásticas que representan las tentaciones, quizás simbolizando los sentimientos confusos de un pre-adolescente agobiado.
La composición circular muestra al santo en el aire, mientras unos demonios intentan arrastrarlo hacia el suelo, algo en principio muy poco renacentista y bastante gótico, tanto en formas como en contenido, en especial por esos seres que recuerdan inevitablemente a El Bosco. Todavía quedaban unos años para el el Cinquecento.
Cuando lo pintó, Miguel Ángel trabajaba como aprendiz en el taller de Ghirlandaio, en Florencia, pero ya comenzaba a frecuentar el jardín de San Marcos de los Médicis, donde estudió las estatuas antiguas que había allí reunidas y se empezó a plantear si lo suyo no era realmente la escultura.
Por cierto, según cuenta Vasari, fue también sobre esos años cuando un día, saliendo del jardín de los Médicis, el envidioso Pietro Torrigiano le dio un puñetazo y le rompió la nariz. Como consecuencia, le quedó una nariz chata para toda la vida, tal como podemos apreciar en todos sus retratos.