Olivos
Otro paisaje de Van Gogh.
El último año de vida de Van Gogh estuvo marcado por sus permanentes problemas psiquiátricos. En una época ingresado voluntariamente en un hospital pintó varias obras en su interior.
Pero al salir y ver los paisajes decidió pintar cientos de cuadros en los que destacan pinos, cipreses y sobre todo olivos. De estos árboles parecían gustarle los remolinos y las espirales de sus troncos sinuosos. Por supuesto el olivo es un árbol de mucha simbología, sobre todo religiosa (en la Biblia se citan constantemente, con todo eso de Jesucristo en el Getsemaní y demás pasajes).
Parece ser que a través de estas formas dinámicas Van Gogh podía transmitir su angustia, y esto le servía de terapia.
Éste es uno de los quince lienzos de olivos que Van Gogh ejecutó entre junio y diciembre de 1889. Una pintura en la que los naranjas y los amarillos vibrantes sugieren que el artista la creó en los meses del otoño.
Mirad las pinceladas. Vincent adoptó una técnica de trazo rápido y vigoroso. Fijaos en el sol, por ejemplo: pequeños toquecitos de color rodean al astro rey de forma concéntrica.
Como sabemos, la línea ondulada es una de las características más reconocibles del pintor y pueden perfectamente ser una analogía de su psique atormentada.
¡Que lástima que el pintor no llegara a ver el enorme éxito que conseguirían sus pinturas!