Ondina emergiendo de las aguas
Las ondinas eran ninfas acuáticas de espectacular belleza que habitaban en los lagos, ríos, estanques o fuentes.
El neoclásico Chauncey Bradley Ives se basa en el trabajado de paños mojados de artistas como Corradini para esculpir esta sensacional Ondina que deja muy poco a la imaginación, y aún así es de lo más evocadora y sugerente.
«Ondina» es todo un icono del neoclasicismo tardío de los Estados Unidos, el estilo oficial adoptado por el país 100 años atrás, cuando querían abrazar los ideales clásicos griego y romano.
Las ondinas, según la mitología griega, eran ninfas de extraordinaria belleza que además son las encargadas que no se altere la naturaleza.
Por supuesto estos seres tan hermosos volvieron locos a un par de hombres que murieron ahogados (ya vimos casos en esta web…).
Ives retrata el momento del regreso de esta Ondina tras ahogar a un hombre del que se había enamorado (y le fue infiel). Los velos blancos simbolizan el agua de la que surge este ser.
Los estadounidenses de más riqueza (del norte y del sur) se pelearon por las obras de Chauncey Bradley Ives, con su delicado tratamiento del mármol y esa talla intrincada que produce una escultura exquisita.
Esta en concreto fue a parar a los suelos de la prestigiosa Universidad de Yale.