Reverso de un cuadro
Arte conceptual del siglo XVII.
Es increíble cuando se descubren ejemplos antiguos de arte moderno y rompedor. ¡Y este es nada menos que del siglo XVII! Una obra conceptual, casi podríamos calificar de dadaísta, y la hizo Cornelius Gijsbrecht, un especialista en trampantojos, que tuvo la sencilla y a la vez compleja idea de representar en el lienzo la parte posterior de un lienzo.
De esa manera vemos en el museo un cuadro dado la vuelta, y en el hipotético caso de colocarlo bien (si los cuidadores no están vigilando), ahí está la parte de atrás de verdad con su bastidor real. De hecho se cree que así lo tenía planeado todo el artista: la idea era colocar Reverso de un cuadro en el suelo bajo un vacío en la pared entre los demás cuadros de la exposición y cuando algún espectador decidía colocarlo se llevaba una buena sorpresa. Un cachondo este Cornelius.
Además pintaba de maravilla, como podéis observar. Con un excepcional realismo en las texturas: la madera, el lino deshilachado, el metal de los clavos, el papel de la etiqueta… Hasta imita a la perfección las irregularidades que sólo existen en la vida real.
Con esta broma Cornelius también está reflexionando sobre la imagen, sobre qué es realidad y qué representación, en definitiva sobre su oficio, el arte. Un oficio cuyo objetivo es engañar de la forma más bella posible.