Rut
Gluten Girl.
Rut fue la bisabuela del rey David, y por tanto antepasada a su vez también de Jesucristo. Tuvo un libro propio en la Biblia (el más breve, por cierto, y uno de los dos con nombre de mujer) y en él se pretende mostrar a Rut como modelo de mujer perfecta: trabajadora, amable, valiente, fiel, obediente…
Rut no era judía, no tenía hijos y se había quedado viuda, algo mortal para una mujer de la época: estaba condenada a la pobreza absoluta. Además eran tiempos de hambre y miseria. Sin embargo, Rut decidió aún así abrazar la fe hebrea de su suegra Noemí, también viuda, y se pone a trabajar como una esclava para ella. Tras el esfuerzo y el sacrificio, el trabajo empezó a dar otra vez frutos, la casa volvió a florecer y Rut tuvo la suerte de encontrar otro marido, un tal Booz, que aunque era un poco viejo, era asquerosamente rico y le dio al fin descendencia a Rut (de la cual saldría Jesucristo, nada menos).
El motivo de mostrar el pecho desnudo se debe quizás a que llegó un punto en el que Rut decidió seducir a Booz perfumándose, vistiéndose con su mejores galas y «acostándose a sus pies» mientras el hombre dormía. A la mañana siguiente Booz le dijo a la hambrienta Rut que se quitase la capa y la cubrió de espigas, en una muestra de generosidad.
El romántico Hayez opta por retratar a Rut con su estilo característico de la época: paisaje exótico, figura femenina central mostrando teta, y un gesto meditativo y algo melancólico (a menudo reflexionando sobre temas políticos contemporáneos al autor).
Hayez mira a Delacroix, y sobre todo a Ingres para mezclar erotismo, Biblia, política y belleza, y consigue un cóctel delicioso.