Trampantojo con papeles
Una ilusión de realidad perfecta.
En la Inglaterra del s. XVII arrasaban este tipo de cuadros que engañan a nuestros ojos haciendo que unas manchas de pintura parezcan objetos reales. Lo que se conoce como Trompe l’oeil (o trampantojo).
¿Los principales productores de este tipo de pinturas? Los Paises Bajos. Había pintores holandeses dedicados exclusivamente a este género, y probablemente es el caso de Edward Collier (o más bien Edwaert Collyer en su grotesca lengua natal) el autor de este cuadro, del que muy poco se sabe y con una producción de naturalezas muertas, vanitas y trampantojos como este.
Como vemos, Collier no era manco con el pincel. Este trozo de tabla de madera con papeles, cartas, periódicos y accesorios para escribir y peinarse parece absolutamente real. Madera, marfil, metal, papel, cuero… es extraordinario el cuidado que se toma el artista para engañarnos, o quizás para engañarse él mismo creyendo que un pintor puede materializar objetos vivos.
Eso nos recuerda a las famosas leyendas del arte que tanto nos gustan como esos antiguos maestros que pintaban frutas tan reales que hasta engañaban a los pájaros, ese Cimabue intentando espantar a una mosca que Giotto había pintado sobre la nariz de una de sus figuras, o la célebre anécdota del rey Felipe IV hablando con un autorretrato de Velázquez como si fuera una persona de carne y hueso.
Podemos fechar esta obra si ejercemos de detectives del arte e investigamos un poquito: el periódico tiene una fecha «Lunes 15 de mayo…». ¿Y cuál es el único lunes probable que cayó en esta fecha…?