Tras la lluvia
Realismo poético ruso.
Después de la lluvia nace un claro de luz en el cielo. Las nubes negras se van alejando lentamente después de haber dejado los prados teñidos de un verde intenso, insuflando vida a la tierra. Entre las penumbras se divisa la intensidad de los colores que se mezclan y se complementan, que conviven unos con otros.
Son colores pero también son olores y demás sensaciones que quizás sólo la pintura sepa transmitir de manera fiel.
Un realismo irreal, un clima cambiante, una poesía visual que a lo mejor deba pintarse a la manera impresionista, por lo que tiene de inmediato, de efímero.
Un ruso como Kuindzhi, autodidacta, con toda una vida dedicada a los paisajes, investigador infatigable de su tierra natal, con conocimientos del arte que se estaba realizandio en la nueva Europa, sabía muy bien que los prados después de la lluvia necesitan ser representados con pinceladas sueltas, necesitan una danza cromática y lumínica, y así es como los muestra en esta pequeña obra maestra.