Agostinho Batista de Freitas
Brasil, 1927–1997
Pintor y dibujante de origen humilde y formación autodidacta, Agostinho Batista de Freitas pasó de exhibir sus obras en las calles del centro de São Paulo, donde tuvo lugar el primer encuentro con Pietro Maria Bardi (director y fundador del MASP) a exponer sus lienzos en la primera muestra individual en 1952 con tan solo 25 años de edad.
Durante su trayectoria artística, participó en muchas muestras pictóricas dentro de Brasil (Arte Naïf: Cinco Artistas, en São Paulo, 1998; Pinacoteca del Estado de São Paulo, 1990, entre otras) y también en exposiciones internacionales como la Bienal de Venecia, 1966 y la Brazilian Primitives en los EE. UU. en 1975.
Sus lienzos, elaborados en su mayor parte a partir de paisajes, postales o fotos, representan diversas escenas; desde ambientes urbanos en los que la ciudad desempeña un rol principal, vistas aéreas y a veces imágenes desprovistas de la presencia humana, hasta representaciones de costumbres y episodios pertenecientes al entorno del pintor con escenas cotidianas y costumbristas de la Zona Norte donde el vivía.
Motivos que eran retratados a veces de manera puramente documental y otras, como una postal con reminiscencias pop incluso antes de que el pop-art tuviese relevancia en el mundo del arte pictórico.
Detallista y a veces con intención de reproducir fielmente la realidad, al menos como él la percibía, Batista transfigura la imagen y le otorga ese aire, que junto a su inevitable estilo naíf, genera una obra única, de visión particular en un mundo urbano que no para de crecer.
Los detalles más minuciosos junto a la profundidad de campo y los encuadres son elementos a destacar, que dotan a su obra de una atmósfera onírica que nos invita con un grito silencioso a participar de ella y reconocer el arte popular de este gran pintor brasileño del siglo XX y su merecida presencia en la historia del arte.