Georg Scholz
Alemania, 1890–1945
Georg Scholz fue un pintor expresionista alemán, adscrito a la Nueva Objetividad, en la que militó casi como un activista. Fue uno de esos artistas degenerados que Hitler tenía en su lista negra.
Estudio arte muy joven, ya antes de hacer su servicio militar en la Primera Guerra Mundial. Al volver del frente se volcó en la pintura, practicando un estilo que copiaba de las vanguardias parisinas como el cubismo o el futurismo.
Sin embargo, Scholz era alemán. Y eso quería decir ser de alguna manera expresionista. Y ademñas, como tantos otros colegas suyos de la época, comunista. La Alemania de posguerra era un lugar convulso en el que los artistas podían crear un arte crítico y Scholz no fue menos, convirtiéndose en uno de los líderes de la Nueva Objetividad durante los años 20, antes de que los nazis llegaran al poder.
En esos tiempos fue también un valorado profesor de arte en prestigiosas instituciones, pero cuando Adolf triunfó al fin, fue rápidamente despedido de su puesto docente, declarado artista degenerado, y obligado incluso a dejar de pintar en 1939.
Al menos pudo ver el fin de la guerra y poco después murió.
Su estilo, entre el clasicismo y lo caricaturesco dan como resultado un extraño universo de seres deformes, pero sorprendentemente creíbles, que muestran ante todo un claro acento alemán.