Cactus y semáforos
Una vista de la modernidad cotidiana.
Perfecto bodegón de la Nueva Objetividad Alemana, donde todo es tan real que hasta adquiere matices irreales.
Artistas como Georg Scholz realizaron muchos estudios contemplativos de los objetos cotidianos. Por lo general se enfocaban en artículos banales (paños de cocina, escobas…) o cosas modernas como electrodomésticos (cafeteras eléctricas, máquinas de coser). Casi podría decirse que se adelantan un poco al arte Pop de décadas posteriores.
Aunque aparecen también en estas naturalezas muertas varios elementos de la naturaleza como plantas y otras formas orgánicas que contrastan con los elementos artificiales.
Scholz opta por esta composición de cactus ubicados en distintas coordenadas con sus respectivas macetas. Los cactus y demás plantas exóticas estaban de moda en la Alemania de la época y era habitual verlos en las casas como decoración del hogar, por lo que adquieren también la categoría de «cotidianos».
Pero Scholz coloca también otros elementos que, aún siendo «modernos» ya formaban parte del día a día de su época. Por ejemplo unas bombillas sobre la mesa y esos semáforos de ferrocarril que podemos ver en el paisaje de fondo a través de esa ventana abierta.
Una cortina se mueve con la ligera brisa, añadiendo un toque un poco más onírico. Y es que lo cotidiano, como bien sabía Magritte puede confundirse con facilidad con los sueños.