Hasui Kawase
Japón, 1883–1957
¿Qué sucede si unimos Impresionismo y arte tradicional japonés? Pues que tenemos a Hasui Kawase. Nacido en Japón a finales del siglo XIX, aprovechó la quiebra de su empresa familiar de hilos de seda —que él mismo dirigía— para estudiar pintura tradicional japonesa y occidental. Ahora le consideramos uno de los máximos exponentes de las «nuevas impresiones» japonesas, o shin-hanga.
El shin-hanga fue una actualización del arte pictórico tradicional ukiyo-e, donde autores como Katsushika Hokusai o Utagawa Hiroshige hacían grabados a color, más asequibles que otras formas de pintura al poder reproducirse fácilmente. El ukiyo-e inspiró a los impresionistas franceses y luego, en un viaje de ida y vuelta, éstos influenciaron de nuevo a artistas japoneses como Hasui Kawase, creando el shin-hanga.
Esta corriente florece entre 1915 y 1950 e incorpora aspectos occidentales como los paisajes atmosféricos, los efectos de la luz o la expresión de estados de ánimo. Los temas, en cambio, serán tradicionales japoneses: paisajes, lugares famosos, mujeres bellas, actores de kabuki, aves y flores.
Hasui se centraría en el paisaje. Primero hacía pequeños sketchs en acuarela al natural y, luego, los transformaba en planchas de madera grabada, una para cada color. En 40 años hizo unas 620 impresiones de paisajes de Japón, en general, y Tokio en particular, representando una naturaleza especial y sagrada y unos paisajes, urbanos o no, que dejan sensaciones de pertenencia y nostalgia y que nos hablan de la experiencia humana. Querrá enseñarnos, especialmente, lugares tranquilos y oscuros de las ciudades, poniendo atención en representar luces, sombras y texturas naturalistas. Y como esto no se puede conseguir sólo en una imagen, trabajó creando secuencias que pretendían ilustrar diferentes aspectos del país nipón. Como ejemplo tenemos la serie Doce escenas de Tokio (1919–1921) o Vistas seleccionadas de Japón (1922 – 1926).
Sus obras recogen la sabiduría del arte histórico de su país y lo moderniza, influenciando tanto al mundo oriental como occidental. No es casualidad, pues, que Hayao Miyazaki, el gran ilustrador y director de Estudio Ghibli, haya expresado su profunda admiración por este legendario pintor.