Janet Sobel
Ucrania, 1893–1968
Janet Sobel fue una proto-expresionista abstracta. Es decir: se adelantó al movimiento y es sabido que uno de sus máximos exponentes (Pollock, claro) se inspiró en su innovadora técnica de dripping (goteo). Aunque al ser mujer y empezar bastante tarde a pintar (¿a los 45 años es tarde…? No lo creo) quizás no tuvo la visibilidad de otras grandes figuras de la Escuela de Nueva York.
Sobel nació en Ucrania con el nombre de Jennie Olechovsky, pero en su adolescencia se mudó a los Estados Unidos escapando del antisemitismo. Su padre fue asesinado en un pogromo, así que en 1908 la familia decidió ponerse a salvo en USA. Bueno… todo lo a salvo que puede estar una familia judía… Sabido es que de vez en cuando surgen odios contra este pueblo por alguna razón, y es por ello que de vez en cuando hay que reestrenar La Lista de Schlinder.
Poco después Janet Sobel se casaría y desde entonces vivió ocupándose de la casa, de su maridito y de cinco hijos. Aunque también protestando de vez en cuando en conversaciones domésticas en las que fue ganando fama por sus posturas feministas.
En 1937 Sobel empezó a pintar asiduamente, y uno de sus hijos compartió su trabajo con la comunidad artística neoyorquina. Clement Greenberg, el gurú del Expresionismo Abstracto se entusiasmó con esta ama de casa, aunque dejó claro que era eso: una ama de casa. Poco más que arte primitivo o Art Brut. Casi un animal exótico. Peggy Guggenheim, por el contrario, sí la tuvo muy en cuenta durante los años 40, en los que la figura de Pollock empezaba a emerger.
Janet Sobel realizaba a veces pinturas figurativas, pero casi siempre abstracciones en las que aplicaba el goteo. Pintura automática con la que llenaba lienzos de pequeñas gotas y chorreos… ¿os suena?.