Morris Louis
Estados Unidos, 1912–1962
Morris Louis Bernstein utilizó una pintura por chorros, derramada (dripping) y muy diluida, vertida sobre la tela sin preparar. Es por tanto uno de los representantes del llamado Color Field Painting, que continuó la tradición de pintura pura de Jackson Pollock o Barnett Newman.
Nacido en Baltimore, Morris Louis se formó ahí como pintor. En concreto estudió en el Maryland Institute of Fine Arts, aunque fue consciente de que Nueva York era la capital del mundo en esa época y se trasladó a la Gran Manzana entre 1936 y 1940.
En 1952 se trasladó finalmente en Washington y trabajó desde ahí, siempre ligado a Nueva York. De hecho se hizo buen amigo del crítico Clement Greenberg, que apoyó el primer movimiento norteamericano de arte moderno: el expresionismo abstracto.
Morris Louis se hizo un hueco en este territorio, y aunque creó gran cantidad de obras, destruyó muchas de ellas.
En su pintura Louis nos habla del espacio, la profundidad y el plano pictóricos. Y su pintura es tan diluida que crea efectos de veladuras traslúcidas de color. Es una especie de pintura involuntaria, que cae al azar por el lienzo. Quizás «azar» no sea la palabra. A veces su campos de calor parecen perfectamente calculados en su ubicación y en su relación con los demás.
Alguna de sus típicas obras son en gran formato y Louis mantiene en blanco la zona central del lienzo, mientras la pintura se centra en los laterales con líneas diagonales de color; o también a revés: un conjunto de franjas en el centro del lienzo dejando vacío el resto del espacio.
Louis murió a los 49 años. Hay quien dice que a causa de la exposición prolongada a los vapores de pintura.