Willem de Kooning
Estados Unidos, 1904–1997
Uno de los mayores representantes del expresionismo abstracto norteamericano, pese a no haber nacido en Estados Unidos y no ser del todo abstracto. De Kooning mezcla la figuración y la abstracción con gestualidad y cromatismo lírico. Sus detractores odian su arte, que no es del todo bonito. Sus fans lo consideran quizás más grande que Pollock.
De Kooning abandonó su Roterdam natal en los años 20 dispuesto a triunfar en su idealizado Nueva York. Le costó décadas y sufrimiento, pero al final pudo exponer en Manhattan con 44 años. El crítico Clement Geenberg (principal promotor del expresionismo abstracto) acudió a la exposición y dijo de él que era «uno de los cuatro o cinco artistas más importantes de este país». Pese a todo, de Kooning no vendió nada.
Tardaría otros cuantos años, pero al final el MoMA compró una de sus obras y ahí empezó la fiebre de Kooning.
Su estilo, tanto el abstracto como el figurativo (por el que fue muy criticado por sus colegas), fue construído mediante gestos pictóricos valientes, a veces directamente agresivos. Y pese a lo que pueda parecer, su obra no es para nada precipitada. De Kooning se pasaba meses con alguno de sus cuadros, muchos de los cuales quedaban inacabados.
Su mujer Elaine de Kooning (Elaine Marie Fried) fue también pintora. Sería ella quien tendría que aguantar el alcoholismo del pintor (¿un expresionista abstracto alcohólico…? ¡Dios mío!).
Willem de Kooning sería diagnosticado con alzheimer y en sus últimos años cambiaría otra vez radicalmente de estilo.
Nos guste o no su arte, no podemos obviar que fue uno de los pintores más importantes del siglo XX estadounidense e inspiraría a numerosos artistas en el futuro.