Intercambio

Interchange fue durante unos cuantos años la venta más cara de la historia del arte. 300 millones de dólares pagó un multimillonario aburrido. Sólo la venta del Salvator Mundi de da Vinci superaría esta cifra en 2017. Tengamos en cuenta que De Kooning vendió su pintura por $ 4,000 (de 1955) y nos haremos una idea de lo absurdo del mercado del arte.

Así pues, estamos ante el segundo cuadro más caro del mundo. Observadlo bien. Sí… ya sé lo que estáis pensando: «Eso lo hace mi sobrino de 5 años…». Pues, por favor, decidle al crío que os pinte unos cuantos.

Centrémonos ahora en este otro artista: Willem de Kooning, uno de los principales representantes del expresionismo abstracto americano (aunque no era del todo abstracto nin del todo americano), haciendo su pintura gestual, desafiando los límites entre abstracción y figuración.

En caso de Interchange es una pintura abstracta, sin ningún tipo de referencia de la realidad concreta. Lo que acabamos viendo o sintiendo frente al cuadro procede solamente de nuestro interior. Nos vemos a nosotros mismos. Y nos guste o no su arte, debemos reconocer que fue uno de los pintores más importantes del siglo XX estadounidense e inspiraría a numerosos artistas en el futuro, algo que merece una subida de precios en el mercado.

Por supuesto de Kooning era alcoholico, pero en su versión más cool, con música jazz, beatniks, unos martinis, el cigarrillo en la boca, ambiente Mad Men… Y marchantes de arte babeando por una obra suya que podrían vender muy bien. Cuando el MoMA empezó a comprar sus cuadros, los de Kooning empezaron a valer millones.

De su serie mujeres de la década de los 40, el pintor pasó a esta especie de paisajes urbanos abstractos, cuyo ejemplo más notable es Interchange, que es la época justo antes de empezar sus pinturas de campo de color alrededor de 1960. Otro factor que hace subir el precio de este cuadro.

Lo cierto es que es irrelevante si Interchange vale los 300 milllones o no. Quizás ningún cuadro valga eso, aunque lo cueste.