Jean-Baptiste Marie Pierre
Francia, 1714–1789
Tiempos anteriores a Picasso también hubo pintores polifacéticos de gran talento como lo fué nuestro pintor, grabador y dibujante francés Jean-Baptiste Marie Pierre.
Pierre pintó su primer autorretrato a los 18 años y dos años más tarde logró el Premio Roma que le permitió residir en la capital italiana durante 5 años mientras aprendía con sus maestros Jean-François Troy y Nicolas Vleughels en la Academia Francesa. Durante estos años, Pierre se inspiró por pintar la ciudad y sus gentes. Y publicó una serie de láminas en París que tituló: Figures dessinées d’après nature du bas-peuples à Rome. La pintura costumbrista y de género no fue su única temática. Pierre reflejó su habilidad e interés en los cuadros históricos, pinturas religiosas y en la mitología.
Pierre destacó su dominio en la técnica y uso de colores, la capacidad de plasmar ese gusto refinado del Rococó y de dibujar una anatomía del cuerpo humano con delicadeza y perfección. Demostró con sus trazos su destreza por crear movimiento corporal en sus protagonistas y rostros más expresivos. Para sus cuadros de estilo Barroco italiano lograba con un fondo más oscuro una pintura pura y realista.
De esta manera, Pierre fue un gran referente para sus contemporáneos y un admirador de su tiempo donde recibia encargos de amantes del arte, de la Corte y la Iglesia.
Así fue como Pierre que venía de una familia acomodada logró con su esfuerzo y dedicación ese prestigio que lo llevó a ser nombrado Primer pintor del duque de Orleans a los 38 años. Fué en esa época cuando pintó las dos cúpulas de la iglesia de San Roque de París y realizó su gran obra maestra. A sus 56 años fué nombrado director de la Academia de las Artes Francesa y se convirtió en pintor de cámara de Luis XV.
Su vida asentada duró casi 20 años donde aceptó solo encargos de la Corte y un 15 de Mayo de 1789 murió en su ciudad natal con la cabeza bien alta como pintor y como maestro de sus alumnos.