
Lorenzo Lotto
Italia, 1480–1556
¡Qué bueno era el veneciano Lorenzo Lotto! Fue dibujante y pintor durante ese Renacimiento que pronto adoptaría «cosas raras», menos clásicas y serenas, mutando en el manierismo. Cosas raras (y muy interesantes), y Lotto contribuyó activamente.
Vinculado a la escuela veneciana, donde la competencia en la época era atroz, trabajó por toda Italia: Treviso, Bérgamo, Brescia, Ancona… En Roma, es evidente que se inspiró en el estilo de Rafael, que lo eclipsó. Había demasiado talento en la ciudad. Se movió por numerosas ciudades, dejando ejemplos de su buen hacer en todas ellas, pero con el tiempo, le era difícil seguir viviendo de su arte.
Lotto permaneció soltero hasta su muerte. Muy religioso (las temáticas de Lotto eran prácticamente todas religiosas) acabó siendo hermano laico franciscano, pero sin dejar de pintar. Tras su muerte, fue paulatinamente olvidado, pero en el siglo XIX nuevamente reivindicado como una figura interesantísima del proto-manierismo.
Se le atribuye haber inventado el retrato horizontal ampliado (que permite a los personajes interactuar mejor entre ellos y con los objetos que los rodean). Sus retratos psicológicos también son pioneros: le daba importancia a los estados anímicos de sus personajes mediante miradas, labios entreabiertos, gestos de las manos, sutiles giros de la cabeza… Su pintura está llena de matices.