Paul Ranson
Francia, 1861–1909
Paul-Élie Ranson fue miembro destacado de los míticos Nabis, esos seguidores místicos de Gauguin que buscaban sintetizar todas las artes y utilizarlas no solo con un objetivo estético, sino también para usos sociales y espirituales.
Ranson, de familia pija como la mayoría de artistas de esta web —su papá era alcalde de Limoges— se interesó por el arte desde siempre y cuando tuvo edad empezó a estudiar en la École nationale supérieure des arts décoratifs y después en la legendaria Académie Julian.
Ahí conoció a los tíos raros de la clase como Bonnard, Lacombe o Vallotton, y más tarde entró en contacto con Paul Sérusier, que se codeaba nada menos que con Gauguin y a la larga ejercería de líder y gurú de los Nabis, palabra hebrea que significa «profeta».
Todo el grupo, incluido Ranson, empezó a pintar con colores intensos y arbitrarios, para expresar lo importante: lo subjetivo. Influenciados por la teosofía, las religiones orientales y las estampas japonesas, eran los perros verdes del arte francés. Y al ser tan subjetivos, cada miembro tenía su estilo propio.
Ranson era más monocromo que los demás, y los contornos estaban muy marcados. No sólo era pintor, también fue ilustrador y creó cerámica y tapices (bordados por France Rousseau, su esposa). Su interés por las «artes decorativas» (papeles de pared, tapices, vidrieras, marcos, muebles…) lo convirtieron en un pionero del Art Nouveau.
También lo distingue su temática. Ranson se interesó mucho por «lo oculto», como el espiritismo, la magia y la brujería, temáticas que abundan en su obra.