Autorretrato con Chambergo
Un joven Diego bebiendo.
Antes de explorar con los estilos de la vanguardia europea y, por ende, mucho antes de ser el importante exponente del muralismo mexicano que conocemos, la formación de Diego Rivera en su juventud fue académica y tradicional; En 1896, en contra de los deseos de su padre, comienza a tomar clases en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, donde artistas como Salomé Piña, Santiago Rebull y José María Velasco le enseñaban pintura. Aunque muy bien instruido, el joven Diego de 16 años se sintió insatisfecho del sistema educativo artístico, que estaba únicamente enfocado en el arte figurativo y en la reproducción fiel de los objetos, por lo que decide abandonar la academia en 1902.
En 1907, año en el cual realiza este autorretrato donde se encuentra bebiendo cerveza y fumando tabaco de una pipa, emprende también un viaje a Europa para retomar la academia y estudiar la obra de Brueghel y Goya, siendo este último una notable influencia en las pinturas de este periodo de Rivera. No es sino hasta 1916 que el artista empieza a inclinar sus intereses hacia el cubismo sintético, abandonando por completo el academicismo que tanto había querido evitar.
Puede ser la última imagen que pintó en México o una de las primeras que realizó en el extranjero, lo seguro es que Autorretrato se puede interpretar como una pintura que marca un antes y un después en la vida y obra del artista, situada en un periodo de transición y desarrollo en su carrera. Aquí, nos encontramos con un Diego que pretende mostrarse como alguien tranquilo y seguro de sí mismo. Un galante joven que disfruta de la cerveza y el tabaco con calma y sin preocupaciones.