Caballería
Caballero de brillante armadura.
Todas las obras de Frank Dicksee nos cautivan al instante gracias a la gama cromática tan atractiva y al tratamiento de la escena. En cuanto a los temas, pese a que parezcan sencillos a primera instancia, esconden más de lo que creemos…
Fijaos en este obra, una escena aparentemente simple y muy explotada: el caballero que salva a la dama en apuros, atada al tronco de un árbol mientras dicho caballero envaina su espada tras dar la estocada final al hombre malvado que yace muerto en el suelo, el captor de la doncella.
Pero, ¿dónde está el dinamismo? ¿Y el sentimiento de la hazaña? Sólo vemos un atisbo de emoción en la joven retenida, que gira la cabeza para tratar de escudriñar a su salvador, ansiosa por verle el rostro. El caballero, el héroe de esta historia, tiene una expresión neutra, vacía, monótona, como si fuera tan sólo un accesorio, del mismo modo que su caballo, puro relleno.
Interesa más la captación del colorido y el paisaje, con una luminosidad tan dramática y a la vez sutil característica de este artista.
Aunque desconocemos si estos personajes son de alguna leyenda concreta, Dicksee podría haberse inspirado en sir Galahad, uno de los caballeros de la Mesa Redonda del rey Arturo, que salvó a varias doncellas durante su búsqueda del Santo Grial.
Sea quien fuere, el cuadro demuestra la fuerte influencia que recibía el artista de los Prerrafaelitas, sin llegar a formar parte de esta curiosa y excéntrica hermandad. Dichos Prerrafaelitas creían que tanto Rafael Sanzio como los artistas que llegaron tras él habían corrompido el arte, y por ello era necesario regresar a un arte más sencillo, en armonía con la naturaleza. Sus obras tendían al naturalismo, a temas románticos relacionados con el mundo medieval idealizado, el de las leyendas como esta, que Dicksee representa con un diseño sencillo, ya que el esfuerzo está puesto en el color, y la luz, dotando a la pintura de un brillo casi etéreo.